lunes, 23 de abril de 2007

La televisión con rayitas


Que molesto es cuando uno no tiene nada que ver en la tele. A veces zapeando (verbo inventado del zapping), pienso ¿para que estoy pagando cable? Porque al fin al cabo los canales buenos están codificados; y claro, tener el codificador más los canales es un gasto muchas veces innecesario.
Antes, aquella época en que todo era mejor, uno pagaba el cable y tenía uno o dos canales realmente buenos para ver películas, series, etc. Hoy en día pasan todos los partidos de fútbol, es cierto, pero para acceder hay que pagar.
¿Quién no se quedó alguna vez, tratando de entender algo del codificado condicionado? ¿O jugando con el sintonizador para que no se vean las rayitas?
En cambio, nos dan para ver canales que no nos gustan para nada (religiosos, rurales, etc.), si hasta parece que se burlan de uno.
Es triste, por nosotros digo, pero no hay solución; las empresas de cable cada vez usan más el sistema prepago de canales individuales, o de eventos, el denominado “Pay Per View”, que nos duele tanto.
Lamentablemente, tendremos que resignarnos, y olvidarnos de aquellos años felices. Se viene una era en donde la selección será más variada, pero ello tendrá como contrapartida el precio.
En definitiva amigos, espero que me inviten los sábados a ver una buena película condicionada o los domingos el clásico; yo llevo la cerveza.

Su servidor Dionisio

miércoles, 18 de abril de 2007

Irresistible


Parece ya una ley. Se puede estar solo todo una vida, deseando a una mujer hermosa (o a varias), pero hace falta que uno, finalmente se resigne, y comience a salir con una chica no tan hermosa, para que no solo la mujer deseada, sino todas las mujeres hermosas se acerquen a uno.
Lo peor, no es solo que se le acerquen, sino que suelen preguntar si uno cambió el peinado, o si te afeitó, y uno está igualito. Es entonces, cuando uno se entera de que esa mujer (u otras) comenta que te pusiste más “varonil” ¿Qué quiere decir eso?
La cosa continua, y seguro, porque siempre está (y mas en estas situaciones), tu amigo, ese del alma, compañero de fracasos, que te llena la cabeza diciendo que dejes la fea y que te agarres la buena; o que solo te agarres la buena, sin dejar la que te dio de comer cuando nadie lo hacía, casi en un gesto de agradecimiento. Pero no, uno todavía, en ese punto, se cree una persona total y plenamente fiel.
Es momento de hacer las cosas bien, y uno sale con su chica (no tan hermosa), a recrearse. Pero tiene que suceder algo, siempre ocurre, aparece ella, “La Ex”. Tu ex, aquella que no estaba ni pasable, pero ahora está que parte la tierra. Porque eso es otro mal de los hombres, o de las mujeres, cuando uno sale con ellas son una más, pero uno las deja y se ponen realmente hermosas; pero esa charla es para otro día.
Llama, insiste en verte para “hablar”, en síntesis, te vuelve loco, y ya no encuentras justificativos ante tu chica, que a estas alturas ya comienza a sospechar. Pero al fin le haces comprender, a tu ex y a tu chica, que lo de ustedes terminó y que ahora estas “feliz”.
Enfermo por toda la situación, más la presión del amigo, y los innumerables “palos” de la chica que tanto gusta, uno cae en la tentación, y la invita a salir. Nada muy comprometido, a tomar un café, un helado, a caminar. En realidad, uno piensa que lo hace para sacarse la idea de que le puede gustar a terrible monumento de mujer; pero para sorpresa de uno ella acepta la invitación.
Al reunirse, parece que está más que bien, viento en popa, y la charla sube la temperatura lentamente. Al fin, sumergido en ese ambiente y ya jugado el todo por el todo, uno la invita a ir a un hotel, convencido de que a ella la sola idea le parecerá desagradable. Sin embargo, ella dice que no suele hacer eso, pero la atracción es incontenible.
Al entrar al hotel, ¿a quién no habría que encontrar? Sí a tu chica, que pasaba, causalmente por ahí con su mamá. Inevitablemente, los ven entrar al hotel.
Adentro, pensando en la chica que, lo miró a uno cuando nadie lo hacía, no disfruta nada, ni siquiera pensando en la ilusión de poder quedarse con la mujer que uno tanto deseaba.
Terminado el asunto, y, para colmo de males, al salir ella lo mira a uno y dice: “No estuviste mal, pero esto quedará entre nosotros y no se repetirá”
Ahora, y como todo comenzó, uno se encuentra solo, triste y sin nadie que lo vuelva a mirar, porque eso que a las mujeres atraía ya no existe más.
Por eso muchachos, hay que ser fiel, pero si alguna vez deciden no serlo y preparan una fiesta loca, ya saben, inviten.

Su servidor Dionisio

domingo, 15 de abril de 2007

¿De día o de noche?


¿Nunca les pasó de cambiar el sueño como se dice? O sea, despierto de noche y dormir de día. Algunos especialistas, aseguran que uno no descansa bien durmiendo durante el día, y que el mejor horario es por la noche.
Sin embargo, otros dicen sacarle más provecho a la noche. Claro que esto de sacarle provecho es muy relativo. Muchos se preguntarían ¿Qué es sacarle provecho a la noche?
Lo que sí es seguro, es que hay determinadas actividades que están caratuladas para realizarse casi exclusivamente en la noche, o en su defecto solo de día.
Ahora, si por alguna razón tendríamos que estar despierto de noche y dormir de día; o en realidad, lo que sería aún más interesante, intercambiar los horarios de todas las actividades. ¿Alguien se imagina lo que podría ser? ¿Variaría tanto?
Nos levantaríamos tipo 6 o 7, pero de la tarde, prepararíamos algo para comer, y tipo 7:30 saldríamos al trabajo o a la facultad o escuela. Los chicos, saldrían del colegio y de la escuela a las 00:30 o 1 de la mañana, y ya comenzaríamos a tener problemas porque estaría muy oscuro y las madres, horrorizadas, protestarían para que haya más iluminación en las calles y, por supuesto, más seguridad. Algunos regresarían a casa a almorzar con sus respectivas señoras, para luego dormirse una “siestita” hasta las 3 de la mañana, y luego volverían al trabajo. Otros harían horario de corrido hasta las 5 o 6.
Pero lo bueno estaría recién comenzando. Seguro que se vería un poco graciosa toda la escena de una fiesta importante. Las damas llevando trajes largos, llenas de maquillaje y peinados altos. Los hombres, seguro que no caerían tan raro en su vestimenta; aunque ¿se imaginan lo que sería, encontrar a aquellos que siempre se pasan de copas dando un espectáculo, a las 12 del mediodía o a las 3 de la tarde?
Los hoteles alojamientos tendrían las entradas, aún más reservadas, porque es más claro, por lo tanto es más fácil divisar quien entra.
Seguramente esta situación planteada no agradaría a la mayoría. Sin embargo, muchos la encontraríamos divertida, y trataríamos de pasarla lo mejor posible.
Aunque, como algunos somos demasiado contradictores, no podríamos con nuestro genio y mientras todo el mundo duerme haríamos nuestras tareas.
Para un humilde servidor, siempre es posible hacer todo lo que uno se propone, sin importar si es de día o de noche. Por eso, yo propongo a aquel que lea esto, que organice una buena fiesta de día pero que dure toda la noche.
Los saludo, no sin antes recordarles que me inviten a dicha fiesta.

Su servidor Dionisio.