domingo, 10 de agosto de 2008

Un poco más


Desde muy pequeñín no fui muy bueno para el estudio, aunque mis padres, tíos, y hasta algunos amiguetes me decían algunas de las cosas típicas que seguro a todos alguna vez les dijeron: “Vos sos muy inteligente, solo sos vago para estudiar”, soy vago porque no me gusta, decia yo; “Vos si lo lees una vez ya lo entendés y te queda”, no me queda otra –les decía- siempre lo leo una vez porque nunca tengo ganas de leerlo de nuevo; “Si no fueras tan vago serías muy buen alumno”, que chiste, cualquiera lo sería… Y así, siempre tenía una respuesta razonablemente comprensible.
Pero será que tanto me dijeron esas cosas, y tan poco estudiaba, que cuando termine el colegio secundario y decidí emprender una carrera universitaria las cosas no me fueron tan bien.
Recuerdo como si fuera ayer, cuando estaba a horas de rendir el examen de ingreso para abogacía y me faltaban tres tomos enteros por leer. Obviamente no llegué, pero aún así me presente a rendir la evaluación.
Treinta preguntas de múltiple opción y cinco a desarrollar, redondearon dos semicírculos en mi nota, dibujando un perfecto 3.
Allí estaba yo, parado en la facultad de derecho, sin poder creer que mi “gran inteligencia” no me hubiera podido salvar esta vez. Un compañero del curso de ingreso, me puso una mano en el hombro y me dijo algo tan simple, que puede ser una tontería para muchos, algo muy evidente, pero a mi me enseñó, después de casi 12 años de vida escolar, realmente cual era la fórmula. “Y bueno –dijo- habrá que estudiar más”.
Yo insultaba y protestaba por mi mala suerte en los múltiple choice, y el me revelaba cual era el verdadero problema, solo era cuestión de estudiar más.
Mi carrera como abogado termino ese día, y como no me iba a quedar un año sin hacer nada, me anote en una tecnicatura de algo así como “marketing”, que no sabía ni que era, pero como sonaba importante me dije “y bue, ¿Qué tan malo y difícil puede ser?”.
La verdad es que me costó mucho terminarla, y el solo pensar que tengo que “estudiar más” me acobarda para ir por la licenciatura. Todavía no se que hacer, la vida cada vez exige más esfuerzo, y entre más viejo, más me cuesta hacerlos.

Su servidor Dionisio