Tras haber conocido a muchas personas, en algunos de mis viajes vacacionales y por mi incansable necesidad de relacionarme, podría asegurar que a todas a las que le pregunte si le haría falta suerte, me respondieron que sí.
Esto me hizo reflexionar sobre este aspecto de la vida, que todos “deseamos” de alguna u otra manera.
¿Por qué anhelamos tanto la suerte? La respuesta no es sencilla seguramente, todos debemos de tener diferentes conceptos de ella y diferentes necesidades y ambiciones que queremos obtener mediante ella. Y tal vez en esta última idea se centra todo, porque de alguna manera se nos inculcó que, a veces, la única manera de conseguir las cosas es con un poco de suerte.
A cuantos de nosotros, al ver a un muchachito medio feo, tirando para feo y medio, con una muy hermosa dama, se nos ocurrió la idea de que “o tiene mucha plata o tiene mucha suerte, o en todo caso, tiene las dos”. Como si levantarse una mujer tendría algo de azar... o de dinero (claro que también se dice que billetera mata galán).
O cuando alguna persona, que parece poco preparada, obtiene un buen trabajo y bien remunerado, casi todos piensan la famosa frase “no hay tonto sin suerte”.
Yo incontables veces he caído en la tentación de cubrirme y excusarme en la suerte. Sobre todo en las épocas de los exámenes, humillado por un nuevo bochazo en alguna evaluación, recurría a consolarme pensando que era una cuestión de suerte y no de conocimiento.
Dicen algunos que “la suerte es para los mediocres”, yo la verdad es que no se que decir, ya que muchas veces pense que "si con la suerte podría conseguir todo lo que deseo, no me importaría ser mediocre feliz".
Por otro lado, se me ocurre pensar, y retomando lo dicho antes, que esto de la suerte es solo un medio, para alcanzar un objetivo o fin. Pero que también no es el único, seguramente es el más sencillo, pero no exclusivo. Existen millones de caminos, con muchos obstáculos y dificultades, que nos llevan a cumplir nuestros sueños. Solo depende de nosotros decidirnos a dar el primer paso, seguido por el segundo y no dejarnos amedrentar con nada ni nadie, ni siquiera con la “suerte” de los demás, hasta lograr lo buscado.
Por eso amigos, recomiendo no vivir condenado a la suerte, ya que ésta quizá ni exista, y sea solo una explicación fácil y sencilla, de que otro logra algo que nosotros no fuimos capaces de lograr. Porque así, los únicos sin suerte serán aquellos que se quedan esperándola.
Los invito, entonces, a buscar y perseguir sus objetivos y sueños, sin esperar alguna “ayudita” extra, seguramente que no será fácil, pero quien sabe, tal vez en el camino tengan un poco de suerte.
Su servidor Dionisio
Esto me hizo reflexionar sobre este aspecto de la vida, que todos “deseamos” de alguna u otra manera.
¿Por qué anhelamos tanto la suerte? La respuesta no es sencilla seguramente, todos debemos de tener diferentes conceptos de ella y diferentes necesidades y ambiciones que queremos obtener mediante ella. Y tal vez en esta última idea se centra todo, porque de alguna manera se nos inculcó que, a veces, la única manera de conseguir las cosas es con un poco de suerte.
A cuantos de nosotros, al ver a un muchachito medio feo, tirando para feo y medio, con una muy hermosa dama, se nos ocurrió la idea de que “o tiene mucha plata o tiene mucha suerte, o en todo caso, tiene las dos”. Como si levantarse una mujer tendría algo de azar... o de dinero (claro que también se dice que billetera mata galán).
O cuando alguna persona, que parece poco preparada, obtiene un buen trabajo y bien remunerado, casi todos piensan la famosa frase “no hay tonto sin suerte”.
Yo incontables veces he caído en la tentación de cubrirme y excusarme en la suerte. Sobre todo en las épocas de los exámenes, humillado por un nuevo bochazo en alguna evaluación, recurría a consolarme pensando que era una cuestión de suerte y no de conocimiento.
Dicen algunos que “la suerte es para los mediocres”, yo la verdad es que no se que decir, ya que muchas veces pense que "si con la suerte podría conseguir todo lo que deseo, no me importaría ser mediocre feliz".
Por otro lado, se me ocurre pensar, y retomando lo dicho antes, que esto de la suerte es solo un medio, para alcanzar un objetivo o fin. Pero que también no es el único, seguramente es el más sencillo, pero no exclusivo. Existen millones de caminos, con muchos obstáculos y dificultades, que nos llevan a cumplir nuestros sueños. Solo depende de nosotros decidirnos a dar el primer paso, seguido por el segundo y no dejarnos amedrentar con nada ni nadie, ni siquiera con la “suerte” de los demás, hasta lograr lo buscado.
Por eso amigos, recomiendo no vivir condenado a la suerte, ya que ésta quizá ni exista, y sea solo una explicación fácil y sencilla, de que otro logra algo que nosotros no fuimos capaces de lograr. Porque así, los únicos sin suerte serán aquellos que se quedan esperándola.
Los invito, entonces, a buscar y perseguir sus objetivos y sueños, sin esperar alguna “ayudita” extra, seguramente que no será fácil, pero quien sabe, tal vez en el camino tengan un poco de suerte.
Su servidor Dionisio
1 comentario:
HALLO!! estaba esperando hace mucho otro texto como éste. Y sinceramente es cierto, existen demasiadas personas q hasta rezan por un poco d "suerte", es un nombrecito mas q pone nuestra sociedad a esa "ayuda" q varios piden. Por esa razón prefiero desear EXITO!!
TSCHÜS Horus.
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